
La virtualización, aprovechando la capacidad y potencia de los equipos actuales, se presenta como la respuesta a la necesidad de alcanzar la máxima eficiencia tecnológica. A través de software, la virtualización divide los recursos de un equipo informático para crear distintas máquinas virtuales que funcionan de manera independiente aunque no existan físicamente. Se trata de crear distintos entornos informáticos virtuales en un mismo hardware. Utilizar la tecnología como servicio y pagar exclusivamente por los recursos que se necesitan, exactamente igual que sucede con el agua o la luz. Eso es la virtualización

Con el paso de los años, el número de servidores aumenta y se complica la gestión y el control del hardware, con el consiguiente incremento de los gastos operativos derivados de su funcionamiento. Sólo una tecnología permite enfrentarse de manera racional a esta escalada en la administración de sistemas corporativos. Ésta tecnología es la virtualización.
La virtualización, aprovechando la capacidad y potencia de los equipos actuales, se presenta como la respuesta a la necesidad de alcanzar la máxima eficiencia tecnológica. A través de software, la virtualización divide los recursos de un equipo informático para crear distintas máquinas virtuales que funcionan de manera independiente aunque no existan físicamente. Se trata de crear distintos entornos informáticos virtuales en un mismo hardware.
Esta característica destaca por resultar extremadamente práctica y funcional para la empresa, ya que permite la consolidación de servidores; es decir, reduce el número de máquinas y optimiza el grado de uso de los recursos informáticos.
Con el modelo de servidores independientes, una máquina reciente con una aplicación convencional apenas aprovecha un 30% de sus recursos informáticos (capacidad de proceso, memoria RAM…) y desperdicia el 70% restante. Sin embargo, los costes de licencias, mantenimiento, soporte, electricidad… se corresponden con el 100% de la máquina.
La consolidación de servidores a través de la virtualización aprovecha el 100% de cada máquina en un proceso de máxima eficiencia para las empresas, ya que puede aplicarse en cualquier servidor, independientemente de su uso (servidores de aplicaciones, para bases de datos, de desarrollo…).
Con un grado de versatilidad comparable, un servidor virtual requiere una inversión tecnológica en infraestructura muy inferior a un servidor dedicado. Dependiendo de si una máquina física se virtualiza para conseguir dos máquinas virtuales o diez, por decir unas cifras, la inversión inicial es dos o diez veces inferior que un servidor dedicado. A esta cantidad, también hay que sumar la cifra procedente del ahorro del consumo eléctrico y de mantenimiento que supone un número cualquiera de servidores virtuales frente a su equivalente en dedicados.
La consolidación de servidores no es la única aplicación de la virtualización. No sólo se pueden alojar en una única máquina aplicaciones antes incompatibles. Debido a la posibilidad de realizar snapshots (puntos de restauración), ofrece numerosas ventajas en pruebas de testing y desarrollo, porque la monitorización de las pruebas de estrés congela el proceso de una máquina virtual en cualquier momento. Incluso puede considerarse una garantía de continuidad de negocio, ya que todo el contenido de un equipo virtual puede trasladarse a otro fácilmente, si se produce un incidente en el hardware
La creación de entornos informáticos completamente independientes que no supongan ningún riesgo para el entorno principal de una máquina supone una ventaja que valora cualquier administrador de sistemas. Por ejemplo, una empresa podría utilizar una aplicación corporativa con un sistema operativo conocido estable y probar una nueva versión de esa misma aplicación para otro sistema operativo. En estos casos, que son habituales, sólo le quedan dos opciones: virtualizar los equipos o contratar varios servidores.
Beneficios de la virtualización
-Eficiencia. Gracias a la virtualización se pueden aprovechar la totalidad de los recursos de un ordenador. Dado que las máquinas actuales suelen tener varios núcleos o procesadores, la virtualización es la oportunidad idónea para explotar al máximo esta potencia y no infrautilizar los recursos informáticos.
-Ahorro. La consolidación reduce el número de máquinas físicas, y como consecuencia, se reducen también los costes de inversión en equipos, de mantenimiento, consumo energético y de espacio, generando ahorros de hasta un 40% sólo en la inversión anual destinada a la adquisición de nuevo hardware.
-Flexibilidad. Una sola máquina física puede dar lugar a varias máquinas virtuales, en función de las necesidades del usuario. Además, el equipo virtual se crea con las características de CPU, memoria, disco y red necesarias para asegurar su correcto funcionamiento, según el uso que se le vaya a dar.
-Seguridad. Era uno de los inconvenientes que achacaban a la virtualización hace años, pero esta tecnología ya se encuentra lo suficientemente madura para garantizar una seguridad similar a un servidor dedicado. Cada máquina virtual funciona de forma aislada e independiente del resto, con las que sólo comparte un equipo físico.
Hasta tal punto que los recursos del servidor físico asignados a cada máquina virtual sólo están disponibles para una máquina virtual concreta, no se comparten. Además, ante cualquier fallo físico de hardware, basta “copiar y pegar” la máquina virtual en otro equipo, eliminando un buen número de incidencias técnicas de seguridad.
-Agilidad. La virtualización agiliza las tareas, dado que el proceso de creación de un equipo virtual es muy rápido, inmediato desde la toma de decisión. No es necesario pasar por todas las fases de adquisición de un nuevo servidor: elección del modelo, disponibilidad, configuración…
-Portabilidad. A través de la copia de los ficheros que forman la máquina virtual, se puede clonar la información a otro servidor físico sin ningún problema y rápidamente. De este modo, la virtualización reduce la indisponibilidad por fallos de hardware.
Como en todas las tecnologías, la virtualización no proporciona el mismo valor para todas las organizaciones y existen, por lo tanto, escenarios en los que su potencial debe adecuarse. En la mediana empresa, los departamentos de sistemas están desarrollando sus propios entornos de virtualización, pero esta operación no sale rentable para una pyme o un autónomo.
Estos segmentos, que suponen la inmensa mayoría del tejido empresarial español, pueden comprobar las ventajas de esta tecnología a través de los proveedores, que han estandarizado las soluciones de virtualización en los denominados Servidores Virtuales, Servidores Privados o VPS (por las siglas en inglés de Virtual Private Server).
Estos servicios virtuales empaquetan los recursos informáticos de los servidores de última generación para racionalizar su capacidad y adecuarla a las necesidades más concretas de cada proyecto web. La virtualización supone un cambio radical en la evolución de los entornos informáticos y es sólo la primera piedra de una tendencia que se está implantando: utilizar la tecnología como servicio y pagar exclusivamente por los recursos que se necesitan. Exactamente igual que sucede con el agua corriente: los usuarios pagamos por lo que consumimos, no por un depósito concreto.
Fuente: pc-actual.com
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